ANTONIO CARNICERO (Salamanca, 1748-Madrid, 1814)
Pareja de óleos sobre lienzo de 29 x 46,5 cm.
Bibliografía de referencia:
- Martínez Ibáñez, María Antonia: “Antonio Carnicero Mancio,
1997. Caja Salamanca y Soria. Obera Social y Cultural.
Procedencia:
- Colección Conde de Casal.
- Colección particular, Madrid.
Representación de dos escenas costumbristas, una de ellas en un jardín y otra representando una escena de vendimia con personajes disfrutando de sus momentos de recreo, ataviados con la indumentaria característica del siglo XVIII.
No sería desacertado situar la escena de jardín alrededor de 1784, cuando el pintor desarrolla su actividad en Madrid y realiza varios cuadros ambientados en las afueras de la ciudad, como Aranjuez, siendo uno de los más emblemáticos de este momento la Ascensión de un globo Montgolfier, que se encuentra en el Museo del Prado. Aquí, el artista sitúa a dos damas de corte y un niño jugando con un perro en un suntuoso jardín, donde la luz y la perspectiva nos hace destacar otros elementos de igual importancia, como el rosal en primer plano, la estatua clásica que parece presentarnos la escena y la fuente circular que da comienzo a una perspectiva infinita.
La escena de vendimia, podríamos situarla en cambio, alrededor de 1780, durante su etapa valenciana, cuando trabajó en una serie con vistas de caminos y puertos, siendo un claro ejemplo la obra Vistas de la albufera de Valencia, que también guarda el Museo del Prado. Ante una casona con portada flaqueada por parras varios vendimiadores descargan la cosecha cargada sobre mulas mientras un jinete, probablemente el capataz, parece dar indicaciones a los jornaleros. Al fondo a la
izquierda los viñedos, que nos introducen en una nueva perspectiva de paisaje.
En ambas obras, observamos personajes pertenecientes a distintos estratos de la sociedad, rasgo característico de este pintor.
Muestra gran maestría en la representación de las vestimentas, claro ejemplo de ello fue su colaboración en la Colección de trajes, serie sobre los tipos populares de España, realizados entre 1778 y 1784. La suya es una pincelada minuciosa con carácter realista, en la que destacan los juegos de luces y sombras, situando las zonas de luz en el centro de los cuadros.
Antonio Carnicero Mancio, es uno de los más reconocidos representantes de nuestra pintura costumbrista y de género del siglo XVIII, llegando a ser pintor de cámara y de cartones trabajando en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.
29x46,50